VISLUMBRANDO LA OLA PERFECTA



Y ahí estamos, por fin! Con los pies sintiendo la arena de arrecife, una suave brisa calmando el húmedo y pegajoso calor de nuestras caras, un sol naranja terminando su fiel jornada diaria y frente a nosotras la majestuosa ola de Sorake rompiendo con tal perfección que parecía dibujada por un artista a sueldo.

Lo habíamos conseguido. La bahía de Lagundri, nos recibía con un atardecer de revista tiñendo su bahía en forma de herradura. Millares de palmeras tropicales intentan ganar espacio hacia el mar y apenas algunas humildes hogares consiguen encontrar lugar entre tanta naturaleza bollante. El mar de un azul verdoso, nubes esponjosas recién batidas por Ferrán Adriá y un entorno que en su global su significado en Wikialepedia se define como: Paraíso.






No había sido tarea sencilla, pero lo que estábamos más que seguras, es que había merecido la pena.
Tras nuestras aventuras en la gran capital malaya, otro vuelo nos condujo a Medán. Capital ubicada al noreste de Sumatra, y la cual no destacaría por ningún aspecto demasiado positivo. Tráfico de tuc-tucs, coches de cristales tintados, motociclietas familiares, bicicletas y variados vehículos de diversas ruedas difíciles de describir, se abren paso entre un denso tráfico donde quién pita más, consigue abrirse paso o al menos integrarse entre tanta locura viaria y contribuir a la densa polución que se respira nada más aterrizar.



No fue sólo la ciudad, sino el ojo que tuvimos para buscar un lossmen o guesthouse... tras negociar con un becak que nos acercase a la calle donde parecía haber el mayor número de guesthouses para pasar la noche.
Cansadas de cargar maletas y tablas de surf, decidimos apearnos en el primer cartel que nos alcanzó la vista, reafirmándonos por la presencia de turistas en su terraza y más aún por que la oficina de al lado era una agencia de viajes, de la cual necesitábamos urgentemente comprar nuestros billetes del día siguiente, si queríamos salir de ese lugar...




Por apenas 6\ nos mostraron una habitación fantástica para rodar una película de terror. Tras atravesar un largo pasillo con una motocicleta oxidada al fondo, cajas apiladas y polvo de 3 años, subimos unas chirriantes escaleras de madera desteñidas por el tiempo. Un pestilente olor a humedad rodeaba las paredes mugrientas de chapa de madera de apenas 3cm llenas de agujeros, grietas y variadas uniformes manchas parecidas a salpicaduras de sangre... Una cama cubierta de un cobertor floreado de colores intentaba alegrar tal denigrante ambientación... Todo ello, representaba lo que sería nuestro hogar por una noche.
Sobre las referencias del baño, prefiero abstenerme por intentar borrarlo de mi memoria.

El desastroso lossmen encontrado por desgracia, se compensó con una perfecta cena con especialidades Indonesias basadas en Nasi y Mea goreng con seafood acompañadas con 2 fresquitas Bintang, 2 simpáticos Brasileños como surfistas con valiosos consejos para el camino y una alocada camarera que a pesar de su imagen recatada musulmán con pañuelo en la cabeza y su vestimenta que solo mostraba manos y pies, soltaba una barbaridad tras otra, entre carcajada y carcajada.



Otro aeropuerto más, con su rutina de pasaporte, visado, facturar, tasas de salida, negociar el coste extra de las tablas de surf, mas controles de seguridad, puerta de embarque y por fin otra avioneta más,



seguida de un todoterreno caído del cielo que nos llegó de casualidad compartido con 2 chicos de South africa, fueron los últimos medios que contribuyeron para que nuestros pies sintiesen la arena del paraíso de la isla de Nías.



Han pasado 5 días para llegar a nuestro destino final... pero esto acaba de empezar!!!

De nuevo, vuelvo a sentir como Indonesia nos recibe con su eterna sonrisa y “Halooo Mister....!! al pasar.

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