El caso del vaso medio lleno



Primero fue Madrid.
Ahora Barcelona.


Toca volver a más y más gestiones, tema de bancos, renovar seguros, desembalar cajas, abrir cajones, reencontrar de nuevo pertenencias de las que ni me acordaba, ni echaba en falta, buscar la manera de como llegar a fin de mes cada mes y de nuevo e inevitablemente darme de alta en el ritmo capitalista en el que nos encontramos sumergidos.



Ya no tengo la duda si esta mañana debo subir a ver un templo budista o quizá hacer una ruta en trekking por la selva. He cambiado andar a lomos de un elefante a pedalear de nuevo sobre mi bicicleta.

Comer sopa de noodles especiados con objetos no identificados flotando a una tortilla de patatas de primero y un buen plato de lentejas de segundo.
Dormir en una cama donde no sabes a qué parte llaman colchón, a soñar entre sábanas que huelen a “Mimosín”!
De acunarme en una hamaca con un buen libro y vistas a un mar turquesa, a sentir la arena de la playa de la Barceloneta con mis manos y ver como enormes barcos cargueros esperan turno para entrar al puerto de Barcelona.
Pasar de un atardecer con ritmo de tambores en las islas Fiji a una puesta de sol entre el sonido de los veleros del Port Vell.

Ya no tengo que entablar conversación con desconocidos e reinventar mi vida en cada ocasión para darle mayor emoción, sino sólo abrir mi listado de contactos del móvil y marcar un número para hablar o pasar un buen rato con un buen amigo.

Son tantos los cambios a los que uno se somete en este momento de “volver”... que la gran pregunta que todos mis amigos y conocidos me hacen repetidamente es curiosa. “Pero no estás deprimida? No es un schock muy fuerte? Pero crees que podrás adaptarte de nuevo?...”

La respuesta es muy clara.
Todo está en la mente y tu capacidad de como enfocar cada momento y cada situación.



Por supuesto que echo de menos muchas cosas y sobre todo, la sensación de libertad, de tener todo el tiempo del mundo para unos mismo y poder decidir en cada momento sobre tu vida.
Pero me siento feliz y de las personas más afortunadas del plantea, por haber podido cumplir un sueño.
(Y digo “un”, porque tengo muchos...) ;-)
Haber hecho realidad esa fantasía que todos tenemos en mente, y que nos prometemos que algún día cumpliremos... Por haberla vivido y disfrutado como he tenido la oportunidad de hacerlo y porque ahora más que nunca sé que todo es posible en esta vida.

Mi año de NLE-Asia, me ha aportado tanto. Que siento haber vivido en este año el equivalente a 5 años más... Qué más puedo pedir...

Un NLE- Edición Sud-américa, por ejemplo??? ¿Porqué no...? ;-) (Todo llegará...y sino tiempo al tiempo...)


Ahora he vuelto.
Y sé que cada día sigo ganando, disfrutando y viviendo en una realidad que adoro y rodeada de la gente que quiero. Mi gente.



El vaso siempre estará medio lleno o medio vacío. Todo depende de como cada uno lo quiera ver...

Estoy feliz, con miles de nuevas ilusiones en la cabeza por cumplir, tranquila porque también sé que el mundo siempre estará ahí esperándome siempre que quiera volver a visitarlo y siempre, siempre, siempre, con el vaso medio lleno.

Y porqué no... Hasta con una buena sonrisaaaaaaaaa!!!



“¿Cómo están los vuestros...?”

Volando finalmente del “país de nunca jamás” a mi pequeño y querido mundo...





9:55h de la mañana.
Fue el tambaleo del avión el que me despertó de mi asiento a modo de batidora con centrifugado final... Todavía recuperando la posición, enredada entre las 7mantas que conseguí apropiarme y con apenas un ojo abierto, pude ver a través de la ventanilla, como un día gris, lluvioso y con un aire desangelado me daba esa bienvenida un tanto gélida y triste.

Atravesar el finger de la terminal era como si me adentrase en un túnel del tiempo... sintiendo trasladarme de nuevo a ese punto de inicio donde toda esta aventura comenzó.



En el momento de recoger mi equipaje y atravesar las puertas con cartel de EXIT, ese fue el momento en el que mi aventura de No Limits Expedition – Edición Asia, había concluido.

Afortunadamente tenía el gran abrazo de mi queridísima madre esperándome para terminar de comprender que estaba nuevamente en casa.

Barajas, el tráfico de la M-30, carteles nuevamente legibles para mí, desayunos a 1,50€, gente paliducha y con ojos redondeados, los 40 principales en la radio, las inclinadas torres Kio, Paseo de la Castellana...y ese largo etcétera que te muestra que todo sigue igual y en el mismo sitio donde lo dejaste.



Mientras cada una de estas imágenes ya conocidas para mí se van adentrando a través de mis pupilas situándome nuevamente en el contexto en el que me encuentro, no puedo evitar que el otro “Big Bang” de imágenes de ese “país de nunca jamás” del que vengo, de esos pequeños rincones mágicos, gente de increíble corazón y tantos únicos momentos... se sucedan en mi cabeza a la velocidad de la luz, creándome por unos instantes una cierta desorientación espacial y física.



Sólo tengo que cerrar los ojos nuevamente. Respirar hondo. Y canalizar tantas emociones en forma de imágenes, sonrisas, momentos, palabras y sensaciones, guardándolas como el mejor tesoro jamás encontrado.
Ya son mías. Y para siempre...
Algunas se pueden contar y compartir. Otras son inexplicables.




Estoy de vuelta. Estoy en mi pequeño gran mundo.

Un contraste de mundos y realidades se apodera de mi mente.
Tantos enfoques y ángulos retratados y ahora toca el nuevo enfoque al que ajustar de forma milemétrica en mi nueva realidad.
Una aventura vivida y sobre todo sentida con cada poro de mi piel y otra aventura que comienza con esa puesta a cero para que todo vuelva a rodar de nuevo.

Ya no es el reto de cada día, ni caras de desconocidos, carteles impronunciables, laberínticas calles donde perderse, comidas sobrespeciadas ni colchones insufribles donde dormir....

Mi querida familia, entrañables amigos, algunos conocidos, compañeros de batallas, todos sumergidos en este pequeño mundo donde todo o casi todo es más fácil...

Me espera otra aventura que afrontar.
Otra larga lista de retos y objetivos a cumplir.
Pero que es la vida, sin estos retos, no?


Aparte de la oscuridad... pocas cosas me dan miedo...
Así que gracias a todos por el caluroso recibimiento, estoy feliz de estar de nuevo entre tanta gente que quiero y esto señores y señoras, acaba de empezaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar!



PD: Quiero dedicar unas líneas a Pilar Tejera, (Directora del portal de mujeres viajeras), con la cual tuve la oportunidad de conocer en mi pequeño paso por la capital Madrileña y a la que quiero agradecer su siempre fiel apoyo y cariño mostrado durante todo mi viaje de NLE.
Darte las gracias por el artículo dándome la bienvenida y por estar con mi gente en la foto de Portada!!! Vaya lujo!!
Os invito a todos a que conozcáis el portal y así podáis ver que quizá no soy la única “loca!” en este mundo en realizar un viaje de esta envergadura.

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