Birmania. Aterrizando en un mundo de sorpresas por conocer!




Comenzando por solo el hecho de conseguir mi visado a este pais, tuve el reflejo de lo que su sociedad esta acostumbrada en su dia a dia... Pude sentir el poder, control y sometimiento que el Gobierno tiene sobre sus ciudadanos sin siquiera pisar su territorio.

Para poder obtener la ansiada estampita, tuve que personarme en la Embajada en Hanoi para una entrevista personal donde me interrogaron sobre mi trabajo, familia y mi situación en general...
Una señorita de mirada congelada me repasaba de arriba abajo, mientras me realizaba su cuestionario pertinente. Con el miedo de que no le gustase mi cara o mi camiseta... cualquier motivo sería motivo para rechazarme la expedición de visado...
La presente con mis mejores sonrisas no puse ningún impedimento en sus preguntas lo que creo que la acabó de convencer, confirmandome que volviese por la tarde a recoger mi pasaporte.

“YUPIIIIIIIII!! BIRMANIA, OJO QUE EN BREVE PISO TIERRA!!!”


Tras una escala necesaria en Bangkok con un madrugón de campeonato a las 3:00am, embarco en mi vuelo destino: Yangon, la conocida antiguamente por Rangoon hasta que el gobierno decidiese rebautizarla...
En mi trayecto conozco a un simpático chico suizo, Retto, el cual será mi nuevo compañero de viaje para los siguiente días.
Un vuelo agradable, llegada de equipaje sin incidencias, tramite correcto en inmigración y aduanas y hasta un sonriente local del Guesthouse nos daba la bienvenida esperandonos con transporte gratuito!

La simple llegada al aeropuerto ya te suele mostrar un pequeño guiño del pais. Pudiendo observar como la mayoria de los hombres lucen sus “longys” (tipo pareos de estampados varios) con un estilo único,



mientras que la mayoría de las mujeres, tiñen sus caras con los polvos de “tanaka”, pareciendo que llevasen una mascarilla de barro constante marcando sus facciones.



Eso si... los hombres con “longys” y las mujeres con sus rostros de “Tanaka”, todos sin excepción con sonrisas de oreja a oreja!

Ahora que tenía mi visado para este país y viendo que había corrido el riesgo de no tenerlo... me dispongo a conseguir el de mi siguiente destino, India; además de explorar y perderme por sus calles en busca de mas aventuras!


Mano a mano con mi nuevo compañero, Retto, paseamos por sus calles mapa en mano, sintiendo que nuestra presencia a cada paso que dábamos levantaba todo tipo de comentarios, miradas, saludos y las siempre fieles sonrisas!


Toca aprender las nociones básicas del idioma local... Que cuando ya te manejas con uno, resulta que cambias...y toca aprenderte los nuevos!! Cosas del viajar!! ;-)

Pasamos dos días en la capital pateando sus calles, cambiando dollares por moneda local en el mercado negro (es la costumbre...ya que en los bancos no te cambian...), comiendo en puestos locales con dos nuevos amigos Birmanos,

e intentando sumergirnos en el ambiente local tan diferente que nos daba la bienvenida con todo tipo de sorpresas: mujeres cargando enormes cestos en lo alto de sus cabezas,


puestos telefónicos a pie de calle para realizar llamadas personales,



la desagradable costumbre de mascar unas raices de color rojizas que tanto hombres como mujeres escupen sin cesar,


puestos de lo mas curiosos con objetos impensables para vender... y sobre todo incontables saludos, miradas y las siempre bien recibidas sonrisas teñidas de tanaka.

Uno de los lugares emblemáticos a visitar en Yangon, es la “Shwedagon Pagoda”. Con su grandiosa stupa dorada de mas de 190pies, la cual se puede divisar desde cualquier punto de la ciudad, esta pagoda representa el lugar mas sagrado para los budistas de Myanmar.



Lugar de obligada peregrinación, devotos de todo el país acuden a cumplir su acometido mostrando el fervor religioso que procede.
Solo acercarte a la pagoda por una de sus 4 entradas, hace sentirte de un tamaño insignificante a su lado.
Con los pies descalzos y sintiendo el abrasante sol en nuestras plantes de los pies, giramos en el sentido de las agujas del reloj en torno a la stupa central donde cientos de pequeñas stupas con mas budas, pabellones con mas imágenes y estatuas se mezclaban con un entorno de olor de incienso, coloreado con los miles de ofrendas de frutas y flores, mientras sus fieles rezan con fervor arrodillados frente a la stupa central.



La leyenda dice, que esta Stupa se construyo sobre varios cabellos del auténtico Buda, por lo que los creyentes acuden en masas a esta localización. Al igual que los incombustibles monjes con sus coloridas túnicas, otorgando una estampa mágica al lugar.

El aire que se respira en conjunción con todo lo anterior, definitivamente hace que sea de otra magnitud y densidad. Respirando incalculables dosis de espiritualidad, armonía y mucha paz. Sobre todo mucha paz.

Tras nuestra primera muy satisfactoria puesta en contacto con este pais en la capital, mi compi y yo, nos subimos a un autobús local nocturno para amanecer en la ciudad de Mandaley, situada en la zona centro del Norte de Birmania.



Esto continua...

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