3 mosqueteros conquistando Hoi An y ya que estamos, Hue...!






Amanezco una mañana mas sobre las 5:45h con la ayuda de los agradables gritos vietnamitas del conductor de mi autobús nocturno anunciando que ya hemos llegado. Desperezándome de mi asiento-cama, recogiendo mis pertenencias con el máximo cuidado de no dejarme algo entre tanto km y tanto sueño, me dispongo con mapa en mano a buscar algún guesthouse donde recuperar algunas horas de sueño.

De camino a mi primer hotel, me topé con mi primer mosquetero, “Carlos”: otro viajero en solitario de Pamplona de 32años con muchas ganas de conocer Asia y dejar de hablar tanto inglés y hablar a nuestras anchas nuestra lengua!
Ya tenía mi primer compañero para conquistar la maravillosa Hoi An.
Ese mismo día tras un buen desayuno con varios cafés Vietnamitas, exploramos botella de agua en mano y bajo un sol justiciero cada calle, templo, museo, callejuela, puente, casa antigua, mercado que se nos cruzaba en el camino.





Siendo en los siglos 17 y 18 uno de los principales puertos comerciales de Asia y sin notar de forma tan evidente las repetidas guerras, nos encontramos con una ciudad de no mas de 80.000 habitantes, cuyas calles respiraban un aire de nobleza por el mimo y cuidado de cada rincón con fachadas relucientes combinando con alegres plantas, una tranquilidad pasmosa por el ir y venir de viandantes,




silenciosos trickshaws y bicicletas sobre pedregosas calles, cuyo único escándalo era el de sus conductores asediándote para llevarte a cualquier lado, y un encanto especial en el ambiente que únicamente se percibe compartiendo un paseo en sus calles con la gente local y sus quehaceres diarios.

Pasadas 24horas desde mi primer encuentro con mi primer mosquetero llegó mi segundo refuerzo. “Jet”, en forma de una alocada y deportista holandesa de 24 años con ganas de no para ni un segundo y con conversación hasta debajo del agua.
“Ahora éramos 3 mosqueteros listos para la conquista!”

Esa misma mañana alquilamos 2 motocicletas para explorar los alrededores y las ruinas de My Son consiguiendo bajar la temperatura ambiente gracias a la suave brisa que nos regalaba el paseo hasta estas ruinas.



Nuevamente al realizar tramos perdidos en motocicleta, por caminos donde no ves un solo turista que no lo haga en su autobús de tour organizado y donde recorres km de maravillosos parajes, poblados donde las sonrisas se suceden a tu paso y muchos momentos únicos, se hace difícil decidir si te ha gustado mas el monumento a visitar en cuestión o el simple trayecto para llegar a tu objetivo.



My Son, te ofrece un conjunto de ruinas del grandioso imperio Champa enclavado entre frondosas montañas cubiertas de vegetación, pero donde nuevamente tras haber visto la excelencia de los templos de Camboya, tu vista no consigue apreciar la belleza de esas ruinas destruidas una vez mas por la inevitable guerra y dejando el resquicio de lo que un día fue uno de los centros intelectuales y religiosos más importantes.



De vuelta, y con nuestros estómagos rugiendo como leones de “la Golden Mayer” realizamos una parada solicitada en el primer puesto local que nos ofrecía un plato caliente.
Siempre es una aventura parar en estos sitios, donde la gente local se pone nerviosa por tener un turista en su lugar y con cierto temor y sin hablar media palabra de inglés te intentan ofrecer su mejor servicio.


Toca momento de teatro, de mímica, de hacerte entender con nuestro “Aprenda Vietnamita en 10 días”, e incluso en ciertos casos entrar en la cocina y con los ingredientes en mano gesticular lo que quieres o si ya no hay manera humana de entenderse, decir que SI a lo que ellos quieran y esperar a tu plato “Sorpresa! Con la mejor sonrisa”.

Ya con los estómagos bien llenos, conseguimos perdernos ambas motocicletas durante el trayecto por un despiste de hacer fotografías y al no haber forma de encontrarnos, mi mosquetera holandesa y yo misma continuamos hacia el norte para ver la puesta de sol entre las montañas de marmol y la inmensidad de China beach. Una kilométrica playa de arena blanca, con un gigante Buda blanco custodiando la costa desde la montaña de en frente y donde el capitalismo de las constructoras ya están preparando el terreno para abarcar aquel paraiso con mas y mas resorts.

“No sé si me atreveré a volver en 5 años...Que miedo!”

Para terminar nuestros agradables días en Hoi An, cambiamos el motor por los pedales y así llegamos a su fantástica playa a menos de 30 minutos pedaleando.
Esto si que era una playa donde estar tranquilamente a remojo en sus aguas de mas de 32º de temperatura, divisando su hilera de cocoteros y disfrutando de un pescaito fresco en una de sus tranquilas terrazas o puestos locales.



Hoi An, es una joya! Apuntarlo en vuestra lista de lugares porque nos ha cautivado!

Mochila al hombro, los 3 mosqueteros continuamos hacia el norte siguiendo la misma corriente y en un tranquilo trayecto diurno de apenas 4 horas llegamos a por nuestra segunda conquista: la ciudad de los emperadores de Hue!



Tras de nuevo pasear esa tarde y noche por su red de calles en el interior de su imponente muralla, decidimos arriesgar nuestras vidas de viajeros en libertad, contratando un tour organizado al día siguiente, explorando en unas 8 horas todos los puntos de interés.

El Tour resultó ser lo que son los tours organizados en todo Asia cuando además pagas un precio muy módico...
Una primera parte completamente caótica donde recogen gente y mas gente de mas y mas hoteles. Te separan, te juntan, súbete a esta van, ahora en este bus y ahora toca esperar...
Bueno, una vez hecho las disgregación de gente y como si de una maratón donde te jugases la vida se tratase, toca spring de subir y bajar del autobús junto a las 40 personas mas que te acompañan, para visitar el monumento o punto a conocer pertinente, donde en ocasiones pasas mas tiempo subiendo y bajando del autobús que en el propio monumento...
Un auténtico tour a la “Japonesa” pero sin japoneses...!!



Todo siempre a pulso de muñeca controlando los minutos que tienes para hacer el Click de la foto, rastrear mínimamente la zona o comprar algo con lo que evitar la inminente deshidratación que te persigue cada día.
A pesar del estrés que me supuso tanta organización en cuanto a la agenda del día y que está clarísimo que esta no es mi forma de conocer los sitios, tuvo su parte positiva al conocer una simpática pareja de una Madrileña periodista con un Belga con los que compartimos parte del estres del día, además de conocer cada lugar de interés en un tiempo record!



La ciudad fortificada o Citadel, la torre de la bandera, sus imponentes puertas fortificadas, talleres artesanales de incienso, sombreros y cuadros, disfrazarnos de los emperadores, mas templos, museos, pagodas, el palacio Thai Hoa y las espectaculares tumbas reales de “Tu Duc”, fueron parte de nuestras ajetreadas citas del día entre paradas a comer, toilet y compra de souvenirs...



Las tumbas sin duda fueron lo mas espectacular, encontrándonos puras fortificaciones con grandiosos templos, mausoleos e incluso islas flotando entre estanques de preciosos nenúfares donde se encontraban enterrados los cuerpos de importantes reyes de la época.



El día lo finalizamos con un paseo en barca por el “Perfume river”, reposando nuestros hinchados pies y calmando el agotamiento de este “tour a la Japonesa no apto para espíritus libres!”.

PD> Colgare mas fotografias en cuanto tenga un ordenador con una conexion "normal"!

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