Navegando por la mágica bahía de Halong





Con nuestras victoriosas conquistas a las espaldas y un cansancio notable, los 3 mosqueteros continuamos galopando en nuestros respectivos autobuses con intenciones de explorar los próximos días las tierras del Norte de Vietnam.

Tras galopar toda la noche en diferentes compañías de autobuses, incluso con el susto de mis 2 mosqueteros por sufrir un accidente donde un motorista salió muy mal parado, llegamos a la capital, intercambiamos vehículos y por fin nos reencontramos en la costa, toca planear los siguientes días de manera que abandonaremos nuestros caballos en tierra por un tiempo para continuar la conquista por mar.

Una vez superada la fase de descoordinación y caos que reina en la organización de los barcos, donde mezclan grupos con distintos itinerarios, de distintas categorías y con diferentes programas, tras discutir lo necesario siguiendo el procedimiento, uno debe superarlo y dejarse envolver por el lugar.

Ya enrolados en un típico barco Vietnamita y desde la cubierta superior:
“Damas y caballeros, señoras y señores, niños y mayores!
Con todos usteeeeeeeeeeeedes la impresionante, única y genuina “Halong Bay”!



(Aplausos, gritos y silbidos...!!!)



Una bahía de mas de 3.000 misteriosos islotes de “limestone” esculpidos por la artística mano de la naturaleza y enclavado en las aguas de color esmeralda del golfo de Tokin, nos da la bienvenida entre un cielo pintado por pomposas nubes sobre un brillante sol que se intentaba hacer hueco a cada instante.



Navegando a unos tímidos nudos donde no sientes ni el ruido de los motores, sobre una tumbona de madera donde sientes la piel arder con cada rayo de sol, te sientes completamente sumergido en este majestuoso paisaje sacado de una novela de ciencia ficción.
Con la mirada siempre hacia el horizonte intentando asimilar tanta belleza por metro cuadrado, mi imaginación me traslada a la leyenda que cuentan sobre el lugar.
El nombre de “Halong” significa: “Cuando el dragón baja al mar”.
El mito se remonta hace millones de años, donde un enorme y temido dragón fue el que creó estos majestuosos acantilados en honor a una preciosa princesa.
El dragón vivía tranquilo en la montañas, hasta que un día decidió bajar a la costa en busca de la princesa.
A su paso no pudo evitar destrozar valles, ríos y lagos por su ansia de llegar a ella, hasta el punto de inundar toda la zona de Halong llevándose a la princesa entre las aguas y dejando a la vista solo los pináculos que abarcan actualmente el área...
La leyenda dice que el dragón todavía continua por la zona intentando encontrar a su princesa...

Lo de los pináculos no hay duda alguna.... ¿Pero, donde está el dragón...? Yo no lo vi! ;-)

Nuestros días en este maravilloso enclave supusieron días de relajarnos al sol, leer tranquilamente en cubierta, charlar sobre mas aventuras con los nuevos compañeros a bordo, visitar una de tantas impresionantes y turísticas cuevas,


remar en un kayak entre los poblados flotantes de la zona sintiendo la grandeza de los acantilados que nos rodeaban,


refrescarnos saltando desde la cubierta mas alta en las calurosas aguas, comer comida “nada especial” pero con unas vistas que te quitaban el hambre,

realizar un trekking a una de las cimas de Catba island, cantar canciones en el karaoke con la tripulación,

divisar un estrellado cielo tumbados en cubierta buscando esa estrella fugaz que nos regale otro sueño mas o dormir en un camarote acunados por el suave vaivén de las olas del mar de China.



Un sin fin de positivas sensaciones que hicieron que los 3 mosqueteros nos imaginásemos el final de la leyenda con un final muy muy feliz.
En nuestras imaginaciones hicimos realidad ese merecido reencuentro entre el dragón y la princesa como agradecimiento a ese temido dragón por haber creado un lugar tan maravilloso en este planeta.



“Que seáis muy felices y que comáis muchas perdices!”




FIN

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