Dosis de acción por los 5 sentidos!





Por fin llega el día de no parar ni un minuto!


Madrugón, desayuno, quedada en “Green house” y comenzamos el día con una ruta en motocicleta hasta nuestro punto de partida.

Es increíble la sensación de libertad que te invade al ser tú mismo el conductor de tu vehículo, unido a las caricias que la suave brisa te regala durante todo el trayecto.
"Te sientes dueño del mundo por esos instantes!"

Fueron suficientes km para sentir nuestros traseros cuadrados, cuando llegamos al poblado de los Phnong. Una de tantas minorías étnicas que siguen coexistiendo en todo el sudeste asiático y en Camboya, esta tribu nómada es característica por habitar en viviendas movibles hechas de madera y palma, teniendo que cambiar de emplazamiento cada vez que fallece una persona del poblado. Subsisten a base de la caza y el cultivo de vegetales y arroz y su religión es principalmente animista creyendo ciegamente en los espíritus y en la medicina tradicional.



Nada más llegar, nos presentaron a la familia Phnong que nos acogería esa noche en su “vivienda”. Una pareja de no mas de 28años con 3niñas y 2 niños, la abuela sin diente alguno a la vista, 3 perros, 2 gatos, gallinas y cerditos correteando por dentro y fuera de la casa iban a ser nuestros compañeros de habitación de aquella noche en su humilde hogar de no mas de 8x4m, paredes de madera, tejado de palma y 2 entradas que no existía puerta alguna para cerrar.
Tras los saludos iniciales, dejamos nuestras mochilas e iniciamos nuestra actividad del día:
Trekking en elefante por la selva!

Que emoción tan grande volver a subirme a uno de mis gigantes favoritos! Realizamos una primera etapa de 3 horas en una incomodísima y estrecha cesta, pero no impedía que la sonrisa de nuestras caras desapareciese ni por un segundo.



La perspectiva del entorno a esa altura es incluso mas espectacular y realmente te sientes como el protagonista de una de tantas películas que hemos visto de exploradores perdidos por el mundo.
Empinadas pendientes, mares de verde pasto, suaves praderas, escarpadas cuestas abajo y hasta caudalosos ríos se intentaban interponer en nuestro camino, sin ningún éxito, ya que nuestro gran amigo podía con todo!
Lo que sí que le podía... era el hambre! Cada vez que su mahout se despistaba un poco, no perdía la oportunidad de desviarse del camino para degustar unas buenas ramas, arbustos o clarísimamente su plato favorito, las hojas y tronco de los bananos. Se volvía loco cada vez que pasabamos cerca de uno...




Hacemos una parada solicitada para descontracturar nuestras piernas y espaldas, además de darles un respiro y una buena dosis de comida a nuestros fieles porteadores.
A orillas de un caudaloso y vasto río, almorzamos un aburrido arroz con verduras sin ser conscientes de la sorpresa que nos esperaba...
Tras varias lluvias intermitentes y con ganas de volver a subirnos a nuestros elefantes y retomar la marcha, los mahouts nos preguntan si alquien quiere darse un baño con los “grandotes!”
Uauuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!! Qué ilusión!! Sin pensármelo ni un segundo, fuera ropa y ayudándome de un arbusto me subo sobre la espalda del grandullón!!! Al agua, elefantes!!



Increibleeeeeeeeeeeeeeeee! De nuevo me invade una sensación difícil de expresaros para que lleguéis a comprenderla. Mi compi “David” se anima y tambien se une al baño de elefantes.
Entre la jungla, dentro del agua, sintiendo la fuerza del agua de una cascada sobre nosotros, e incluso la suave lluvia unido al tacto de estar en contacto tan directo sobre un elefante, me teletransportaba a estar viviendo un sueño.



Dentro del agua, sintiendo el calor de su piel, le rascábamos las orejas, la espalda, el tripón y la cabezota!!
Yo hubiera estado 2 horas más rascando al grandullón pero, tocaba volver al poblado y todavía teníamos mucho camino de vuelta. Por lo que se acabó el baño por hoy!

La euforia me invade y de vuelta no puedo dejar de pedirle a mi guía, como si fuese una niña de no más de 5 años, si puedo ir sobre la cabeza de mi elefante en lugar de la incomoda cesta.. Su sonrisa fue su aprobación. Lo que creo que no sabía es que ya no le dejaría su sitio hasta llegar al poblado!!!
“Es mi tesorooooooooooooooo! Es mi elefanteeeeeeeeeeeeeee!!”




Un día más, tengo el gran privilegio de considerarme la persona mas afortunada del planetaaaaaaaaaa!

Sobre la cabeza de mi elefante, con mis piernas colgando a cada lado, sintiendo con mis manos sus incipientes y vastos pelos que le salen de la cabeza, la fuerza de cada rayo de sol sobre mi cara y el rítmico tambaleo de cada paso, consiguen fundirme con el entorno pareciendo que el tiempo en varios momentos se paralizase y sintiendome mas viva y feliz que nunca.

Oh!! Pero en esta vida dicen que “nada dura eternamente”... y cogiéndole de la oreja a mi “grandullón” puedo apreciar el poblado en el horizonte. “Como te voy a echar de menos, amigo mío!!!”

Antes de separarme de él, y terminar con esta historia platónica de amor... me planteo la posibilidad de proseguir mi ruta pero en elefante.
Que bonito es soñar, pero al final “los sueños, sueños son!”

Aunque mi día ha sido mucho más que un sueño... Un sueño de nuevo hecho realidad y vivida con los 5 sentidos!




Gracias por haber vivido este maravilloso día.

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