1.614 Km DE INTERMINABLE RUTA RÍO DE JANEIRO – BAHÍA

-Toyota 4x4 con cristales tintados y ruedas casi a estrenar -Tanque de 162 Reailes da gasolina comun -3 tablas de surf, leashs, wax, bola de altznhio -Mochilas, ropa de “vorracha” (neoprenos), toallas, cámaras de fotos cargadas -Y una bolsa con bananos, peras, suco de goiaba, agua fresca y salgados varios Esta sería la lista de equipamiento necesario para ponernos en marcha y retar los más de 1.600 km que teníamos por delante, hasta llegar a nuestro destino final.
Como tripulantes, “Ricardo”, carioca pro-surfer amigo de “Mariana”, con una brillante eterna sonrisa y gran sentido del humor, con gran pericia condujo durante largas, largas horas a lo largo de innumerables km en una carretera de cierta dificultad por el denso tránsito de camiones de gran tonelaje y asfalto en precarias condiciones. Además de su facilidad de detectar todos los radares listos para recaudar el máximo de reailes.
Mi hermanita “Maritznhia”, como Dj del viaje, donde consiguió que me aprendiese todas las canciones de Reggea, samba y forro brasileiro de todos los tiempos. Y la cual llevaba el exhaustivo control kilométrico y de horas a bordo de su GPS-Iphone.
Y, yo misma, como co-copiloto, disfrutando de cada km recorrido, divisando los paisajes, poblados, y curiosidades varias del camino. Siempre con cámara en mano, por si tenía que disparar sobre alguna de mis capturas visuales, y con mi pequeña guía de conversación, “onde eu vou practicando o meu brasileiro”.
El largo trayecto pasando por los estados de Rio, Espirito Santo y Bahía, nos regaló imágenes como la curiosa formación montañosa que decidimos bautizar como “Mini-Pichu”, como el pequeño de la familia de los Machupichus.
Humildes poblados donde la vida parece pasar con mucha calma, campos de eucaliptos esperando su turno para convertirse en masas de papel, puentes tipo viaductos volados sobre imponentes ríos serpenteando en busca de su desembocadura,
hasta polvorientas ciudades donde el tráfico una vez más nos hizo estar atascados más de lo que nos hubiera gustado, inmensos camiones con gigantescas cargas nos aminoraban la marcha y las largas horas no fueron suficientes para coartarnos la alegría por el momento presente.
Los cierres de los días con sus puestas de sol, eran otro de los alicientes que nos animaban a seguir recordándonos que cada minuto que pasaba, estábamos más y más cerca, del que sería nuestro paraíso.
Finalmente: 1.614km de carretera 3 tanques de repostaje Más de 20 horas al volante 39 Cds escuchados y tarareados entre todos 1 noche de reposo en una pousada y ahí llegamos...a nuestro secret Spot!
Lo conseguimos! Ahora toca disfrutarlo!

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