Resolviendo la Ecuación MENTAWAI = 200% ADRENALINA x (∞ OLAS³ ≥ CORAL REEF cada m² )




Creo que ni el mismismo Einstein, podría haber resuelto tal increíble ecuación...



Hasta que nuestros ojos no vieron de primera mano, lo que tanto habíamos imaginado... No podíamos creer que no sólo estábamos en el paraíso... sino que habíamos dado con la perfecta e inigualable perfección matemática representada en una única e imponente ola.

Por cosas del destino, (y porque quizá fuese el único ferry...) acabamos en la zona Norte de la isla de Sipora, instalados en el poco o nada acogedor lossmen de nuestro nuevo amigo “Ninegaulan”.
Tras reponer fuerzas con un grandioso “banana pancake” y dormir un par de horas en una cama con colchón, nos preparamos para nuestra primera sesión de surf en las islas Mentawai.



Una leve caminata por el poblado, seguido de un lindo sendero hasta llegar a la playa y otro tanto por la orilla, era suficiente para llegar a la banga que nos acercaría hasta el Surf break de “Telescopes”...


El estridente ruido del motor, junto al turquesa color del mar, las miles de palmeras de la costa, las tablas hacinadas en el ancho del cayuco y la siempre sonrisa del local que achicaba agua mientras disfruta de su cigarrillo, eran las escenas que se sucedían hasta llegar a la verdadera escena final.



Unos 6 barcos de travesías de surf eran el preludio de que algo se estaba tramando en este spot.
Y por fin, ahí estaba... Con el corazón más que acelerado pudimos disfrutar de una perfecta visión:
Una ola creada casi por el mismísimo Albert Einstein. Como una ecuación matemática donde cada elemento que lo compone hace que sea perfecta y donde no cabe error posible o el resultado será fatal...






Continuas series de olas de hasta unos 3metros de un azul turquesa, se sucedían formando una ola rápida, potente y donde cada surfero debía rendir su mejor destreza, para no acabar llevándose un fatídico recuerdo en forma de eterno tatuaje del tan temido coral reef...



La competencia era infinita.
La fuerza de la ola era extrema.
El color del agua no existía ni en los pantones.
Y la perfección de sus tubos eran dignos de un maestro ingeniero.




Como primera sesión, tuvimos que resignarnos en sólo disfrutar del espectáculo, ya que el nivel y tamaño tanto de ola como de concurrencia para llegar a ellas, eran algo superiores a nuestras posibilidades...



Pero sólo con estar en el agua cerca del pico, disfrutando del majestuoso espectáculo... era suficiente para sentir la adrenalina que tal spot ofrecía a sus valientes raiders.

Pero como dicen que la paciencia es una virtud, las condiciones acabaron estando más a nuestro favor y acordes a nuestro nivel, para por fin, disfrutar también nosotros de tan impresionante spot.



Además de llevarnos como recuerdo imágenes y sensaciones potentes de cada ola que se acercaba, de disfrutar del show que cada surfero ofrecía al cabalgar olas de tal envergadura, hasta de disfrutar de los coloridos fondos de coral flotando desde la tabla... sentimos por primera vez lo que es formar parte de este otro concepto de olas.

Sin duda, habíamos encontrado y resuelto la ecuación perfecta.
Sólo hace falta algo de valentía, muchas ganas, pero sobre todo ilusión...



La ecuación Mentawai.

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