Compensando sobredosis de templos, con extra dosis de animales!







Llegada matutina a la 2ª ciudad mas grande de Tailandia: Chiang Mai.

El revisor tiene que despertarme de mi profundo sueño y volver a situarme en Tailandia, ya que yo me encontraba en el transiberiano camino a algún lugar recóndito de Mongolia...
De nuevo mis bultos y yo en busca de otro lugar donde dormir los siguientes 5 días.
Tras la clásica inspección de varios guesthouses de la zona, me quedo con una familia Tai que me trataron como una hija desde el principio.

Un día de reconocimiento de la zona a golpe de pedal en mi bicicleta roja, situarme en el mapa, estudiar las posibilidades de trekkings y demás actividades, y de nuevo visitar los templos que albergan la ciudad.

Tras varias horas recorriendo la zona, Chiang Mai, realmente no es lo que yo tenía en mente. Se trata de una ciudad de grandes dimensiones situada en un extenso valle, rodeada a lo lejos de suaves montañas. Los templos cuesta distinguirlos por las edificaciones que los envuelven y las agencias de trekkings y actividades, masajes, guesthouses, bares y restaurantes, son el panorama de cada calle.
Para ser una ciudad grande es bastante tranquila, y no se respira el caos ni el stress de Bangkok... pero aún así le falta ese “encanto” que esperaba encontrar...

Por ello, tras visitar el templo Nº 147 desde que estoy en Tailandia... decido alquilar una motocicleta y conocer los pueblos de las afueras de Chiang Mai.
Tengo la gran suerte de tener un día relativamente despejado y poder conducir sin las torrenciales lluvias que caracterizan esta zona.
Conozco las pequeñas localidades de Doi Suthep y Bo Sang donde paseo por sus tranquilas calles, inevitables templos y siempre alegres mercados.




Mi primera parada y muy deseada es en el parque de conservación de elefantes tailandeses. Que ilusión!!!
Se trata de un parque que alberga unos 120 elefantes de todas las edades y tamaños, y donde uno puede disfrutar de una jornada completa dándoles de comer, viéndoles bañar, realizando paseos en su lomos o alucinando con los shows que ofrecen, donde pintan, juegan al futbol, bailan, etc.
Personalmente, aunque cualquier animal me fascina, siento una pasión enorme por estos gigantes. Su mirada me parece tan humana, y son tan grandiosos... que intenté llevarme uno por la puerta trasera para proseguir mi ruta en sus lomos...pero me pillaron!! jejejeje
Bueno, aún me queda la experiencia vivida y las fotos!






De mi dosis de elefantes, fui a por una de monos. Que a pesar de nuestro incidente en Borneo con un casi ataque del mono-jefe, me decidí a darles otra oportunidad. En esta ocasión, resulto un centro demasiado circense donde los pobres monos montaban en bicicleta, levantaban pesas, cogían cocos, y realizaban una prueba tras otra.
Parecían divertirse y todo, pero la cadena que les unía al cuidador, vetaba toda expresión de libertad.




Y de nuevo, mi curiosidad no pudo evitar que me desviase en el camino al parque de tigres de Indochina. Aquí de lo que se trata es de entrar en contacto con estos animales, entrando en el recinto donde están viviendo.
El precio varía según el número de ejemplares, tamaños, y cachorros que quieras entrar en contacto. Con lo que mi presupuesto pudo soportar el entrar a saludar a los tigres mas grandes. Me hubiera encantado ver a los cachorros, pero el precio era x 10!
Otro fascinante, bello y espectacular animal, del que he disfrutado de su compañía a menos de unos centímetros e incluso he podido acariciar como a mi gatito “Lucas”.
Eso si...cuando se giraba y me miraba a los ojos...algo me decía que saliese de allí...




Y como último ejemplar único del día... tuve la suerte de toparme con un YETI!!!!
Si, si...aunque aquí haga 42º de media...pude cenar en un puesto ambulante del mercado de Chiang Mai con el gran Yeti: Gonzalo Vivas.
Para quienes no le conozcáis, es un ex-compañero y amigo mío de trabajo.
Una gran alegría encontrarnos ya que en mi partida a mi viaje, el me comentó que tenía tambien en mente hacer una escapada... y bueno, pues tocó brindar con una Singha fresquita en el norte de Tailandia por los buenos tiempo de Yeti y por lo que vendrá que aún será mejor!



Un día lleno de emociones, alegres encuentros y la necesitada desintoxicación de templos!!

1 comentarios:

Jandrinet dijo...

Vamos a ver,,,

Yo dejo que un elefante me levante con su trompa, pero ponerme al lado de un tigre a acariciarlo como si fuera un lindo gatito .... Me cago de miedooooooooo ..... !!!!!.