Intercambiando templos por visado.

Me despido de mi kilometrico buffet y del caotico Bangkok para salir del pais por unos dias, y así poder renovar mi visado ampliandolo a 30dias.
Tras estudiar todas las posibles variables de fronteras accesibles, billetes de avión, y chantajes a funcionarios... Cojo un autobús dirección la frontera de Poipet, Camboya.

Sólo pasar la frontera fue una gran odisea. El lúgubre ambiente que inunda la zona, intenta dar la bienvenida a los viajeros, pero no lo consigue de ninguna manera...
Cercos con alambres de espinos, gente cargada de pesadas bolsas y cajas, basura, suciedad, pobreza, olores indescriptibles, todo mezclado con gigantescos y luminosos casinos con todos los lujos... hacen que el lugar sea de lo mas estrambótico y apocalíptico...
Cargada con mi equipaje y junto a dos simpáticas Filipinas, pasamos con éxito este puesto fronterizo sin antes pasar por varios intentos de timos, interminables colas, el chantaje de un policía (al que no tuve opción que pagar unos billetes de mas), la exagerada mendicidad del lugar con niños envueltos en viejos arapos y con la sensación de haber forrmado parte por unos instantes, de una de esas imágenes de tantos “desplazados” que deambulan en busca de algo mejor...



Gracias a los consejos de un local de corbata, decidimos no continuar ese mismo día a nuestro destino, Siem Reap, por temas de seguridad.
La noche estaba cayendo rapidamente y decidimos pasar la noche en un guesthouse en el mismo puesto fronterizo, a pesar de que cualquiera saldría corriendo de ese lugar...
Eran casi las 18h, y no tuvimos otra opción que encerrarnos en nuestras habitaciones esperando que amaneciese y así continuar con nuestro viaje de una forma mas segura y sin desagradables sorpresas...

A las 7h, ya estábamos las 2 Filipinas (Gigi y Karina), un Inglés de una ONG local y yo, en un coche con un fortisimo olor a pegamento camino Siem Reap.

Llegamos sanas y salvas! Algo mareadas con tanto olor a pegamento.... Pero el sol lucía con fuerza y los Templos de Angkor nos estaban esperando.





Que maravilla! A menos de 7km de la ciudad, se encuentran enclavados en una inmensa llanura, cientos de templos que han sobrevivido desde el siglo IX y que actualmente a pesar de continuar todavía en pie solo una minoría, estos fueron sólo una parte del inmenso imperio que se extendía desde Birmania a Vietnam.
Como templos más imponentes, están Angkor Wat, Thom, Bayon, Ta Phrom, Baphuon… hay tantos!

Angkor Wat, es el templo mas grandioso siendo la estructura religiosa más grande del mundo, la cual fue construida como templo funerario en honor al dios Visnu. Situarte frente a su larga pasarela, hace que un escalofrío te recorra como si te fueras a tele-transportar en el tiempo…
Bayon, es excepcional con sus más de 216 colosales y sonrientes rostros que no te quitan ojo desde que pones el pie en su recinto…
Y para terminar, pasear por el laberíntico templo de Ta Phrom, sintiendo ser protagonista de una película de Indiana Jones, donde la naturaleza está volviendo a conquistar aquello que el hombre instauró sin permiso alguno…

Sinceramente, no creo que exista explicación posible para describiros la belleza y autenticidad del lugar. Es sencillamente maravilloso.
Personalmente creo que es de lo más bonito que he visto “por ahora...” y os invito a todos a ponerlo en la lista de lugares a visitar en este planeta!

Sientes estar sumergido en otro mundo, o como si una mano de un gigante te hubiese trasladado a otro universo...
Yo me volví completamente loca con la cámara! Quería fotografiarlo todo y a pesar del fulminante calor, nos recorrimos todo lo posible en una intensa jornada.

Tenía claro, que volvería de nuevo... todavía me quedaban piedras, esculturas, monumentos...por fotografiar... jejejejeje

Así lo hice. Pero esta vez me fui de Templos en bicicleta!
A pesar del insoportable calor de mas de 40º... disfrute muchisimo recorriendo toda la zona a un tranquilo golpe de pedal, pudiendo contemplar estas fantásticas estructuras arquitectónicas mezcladas entre exhuberante vegetación a un ritmo mas tranquilo.





Angkor, es un sitio del que creo que nunca te cansarías de visitar. Hay tantos templos diferentes y el lugar posee una fuerza especial que lo convierte en un regalo para todos los sentidos.

“Magali y Pau”, prepararos que ya tenéis guía para visitarlos de nuevo juntos en Agosto!!

Mas autobuses, esta vez con problemas porque se calentaba el motor y había que parar demasiado a menudo... Pero con las habituales horas de retraso, y con la compañía de una chica Canadiense, llegamos a”Okey- Guesthouse”, en la capital de Camboya.

Tras leer e informarme sobre la historia del país, debo reconocer que he sentido vergüenza al darme cuenta de no conocer absolutamente nada sobre el pasado por el que ha vivido Camboya en los últimos 30 años...
El régimen del Khemer Rojo asentado en los años 70, asesinó, torturó y sumió al pueblo Camboyano en uno de los mayores exterminios del mundo, comparable al de Hitler.
Asesinando a casi 3 millones de personas, separando a todas las familias, obligando a toda persona (incluidos niños, mujeres y ancianos) a trabajos forzados en el campo durante interminables jornadas con comida básica, torturando y creando el terror con masivas y absurdas prohibiciones durante casi 5 años, convirtiendo así al pueblo Camboyano en una cooperativa agraria maoísta.






Visitar el S-21, un colegio en el centro de Phnom Phen que utilizaron como base para interrogar, encarcelar y torturar a sospechosos y prisioneros o “The Killing fields”, explanadas con fosas comunes donde llevaban a los prisioneros a ser ejecutados de las maneras mas atrozes....son lugares que desearias que no hubieran existido nunca y aunque te deja con una sensación horrible, (hasta con ganas de vomitar...) sabes que deben continuar ahí, mostrando al mundo los trágicos errores del pasado y sus terribles consecuencias.
Es increible que en ocasiones, la realidad puede llegar a superar la ficción y con creces...

Han sido dias duros, donde te haces consciente de las atrocidades que se han cometido a lo largo del tiempo, en tantos sitios a la vez maravillosos.
Es una contradicción de sentimientos donde la belleza, fuerza y energía de los Templos de Angkor, se enfrentan al terror, angustia y la tragedia por la que ha tenido que pasar tanta buena gente de este país.




Sólo quiero compartir con vosotros la tristeza que te invade al visitar lugares así, e igual que invito a que visitéis los excepcionales Templos, no dejéis olvidados a tantos y tantos Camboyanos que fueron asesinados sin razón, rindiéndoles culto y unos minutos de silencio como muestra de apoyo y respeto a los que faltan y a los que han tenido que vivir esta tragedia.

A pesar de todo, me quedo con la eterna sonrisa de los Camboyanos y de su alegría por la vida. Se nota y se siente.