ALERTA> TIBURON en Santa Teresa!



Apenas eran las 7:00h de la mañana y estábamos mi hermano y yo en el agua para coger las primeras olas del día. Marta se había quedado en el hotel con los clientes y a mi madre la dejé en la cama durmiendo plácidamente.
Estaba en marea baja, sin viento y con olas de apenas medio metro. Una mañana más preciosa!
Viene una buena de derechas y la cogemos los dos juntos. Yo, robándosela como buena hermana pequeña que soy, y cayendo luego ambos al agua de la manera más cómica posible. No ha sido una ola espectacular pero nos reímos un buen rato.

Había poca gente en el agua y ahí estábamos los dos tranquilos sentados en nuestras tablas esperando la siguiente “gran ola”.
Charlábamos tranquilamente del hotel, de planes de estos días, de la fiesta de fin de año, de mi viaje… hasta que veo que de repente se le cambia la cara a mi hermano…
Se queda inmóvil, casi como paralizado y me dice que no me mueva con tono de voz muy serio.
Yo me asusto mucho y rápidamente me tumbo en la tabla sacando todas las extremidades del agua…. (sin decirme nada imagino que puede ser…)
Mi hermano me confirma que ha visto una aleta a apenas 5m nuestro…
Dios! TIBURON!!!
Como me latía el corazón en ese momento…Pensé que se me iba a estallar!
He visto muchos tiburones buceando, pero os aseguro que no es lo mismo saber que tienes uno por debajo tuyo y que te puede confundir con un suculento desayuno…
Nos quedamos esperando apenas 10 segundos mirando a todos lados super nerviosos…con la duda de si es mejor quedarnos quietos o salir del agua volando!!!
Era todos silencio, menos nuestras aceleradas respiraciones, hasta que vuelve a aparecer la aleta…Ahí estaba de nuevo y ahora a casi 2 m de mi hermano!!!
Se nos estaba acercando mucho y no sabíamos el tamaño que podía tener…

Yo al verla, reacciono gritando “vámonos del agua yaaaaaa” y los dos comenzamos a remar como locos hacia la orilla que estaba a mas de 100m de distancia…
Yo remaba con todas mis fuerzas a la vez que lloraba desconsoladamente por saber que no podía hacer otra cosa que remar y remar y esperar que ese tiburón se le pasase la curiosidad por nosotros y siguiese su camino…
Mi hermano me animaba delante de mí, gritando que remase más rápido y que no pasaba nada! Pero con la misma cara de asustado y preocupado que la mía…

Cuando parecía que habíamos llegado a la orilla y que ya se había acabado la pesadilla… otra vez!!!
Aparece de nuevo por el lateral derecho y directo hacia nosotros…
Yo entro prácticamente en pánico y me quedo completamente paralizada.
En ese mismo momento, veo como el tiburón acercándose hacia mí, salta por los aires con un largo de unos 2m de largo aproximadamente y con un cartel entre los dientes de:
“inocenteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!”

Feliz 28 de Diciembre a todos: “Día de los Grandes Inocentes”.
“Qué sería de nosotros sin las bromas y la risa!!!” ;-)

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