Delta del Mekong: Buscando los nueve dragones y sus mercados flotantes





De nuevo mano a mano con mi compi David, y tras contarnos las respectivas ajetreadas batallitas de nuestros últimos días, elaboramos el planning para los próximos intentando darle a este país una nueva oportunidad...

Encontrándonos en el extremo sur de Vietnam, no podemos dejar de explorar parte de la inmensidad que el Delta del Mekong ofrece en su último tramo del camino tras mas de 4.880km de recorrido.

El nombre vietnamita del Mekong “Cuu Long” significa Nueve Dragones, debido a que el río se divide en exactamente nueve brazos simulando en forma a la larga cola de un dragón.
Nuestra idea inicial era explorar la zona en motocicleta, pero tras ser conscientes de sus gigantescas dimensiones y del acelerado tráfico, nos decantamos por sumergirnos en algunos de sus nueve brazos en busca de algún dragón!

Poblaciones como Can Tho y Vinh Long nos regalaron tantísimas imágenes a admirar que acabaron por saturarnos las retinas y por supuesto, las memorias de nuestras cámaras...

A bordo de una modesta barca, nuestra sonriente mujer-remo fue clave para que el día fuese de matrícula de honor, con su gran sentido del humor, sus historietas, fotografías familiares y obsequios de figuritas de hoja de palma hechos por ella misma.



Un radiante enorme sol de fuego fue una de las primeras imágenes del día.

Continuamos, con buques cargueros que parecían que se van a ir a pique en cualquier momento, cruzándonos a diestro y siniestro por babor y estribor.

Hogares o sucedáneos de hogares a parches cercaban las orillas del río cada uno mostrando sus pequeñas miserias. Y una constante tráfico de personas, ruidosas barcas y permanente humo nos marcaban el pausado ritmo de ascenso hasta el esperado mercado flotante.

El primer mercado constaba de barcas de mayor tamaño donde a modo de bandera colgaban su producto a la venta en los mas alto, pudiendo avistar un mar de mástiles de zanahorias, bananas, cebollas, pescado, patatas, calabazas, hasta de cangrejos... "Vamos, la lista de la compra enterita!"


El trueque y el regateo estaban flotando en el ambiente entre barcas dispuestas a hacer la compra del día o de la semana, mientras nosotros desayunábamos con un plato de noodles y un delicioso café Vietnamita.



Tras el desayuno, continuamos a remo por un pequeño brazo secundario de apenas 4m de ancho entre mas hogares, campos de cultivo, vegetación, el abrasante sol y todo ello envuelto en una serena tranquilidad que conseguía apoderarse de ti.


En este tramo pudimos aprender como elaboraban artesanalmente los famosísimos “noodles” que se devoran a todas horas en cada rincón del país o variados caramelos de coco de colores.



Admirar como pescadores capturaban a sus presas con enormes redes tipo trampa o quedarnos boquiabiertos en alguna de las cientos de piscifactorías a modo de charcas de donde sacaban pesados cestos de los curiosos “peces gato”, con sus largos bigotes.




Saliendo de nuevo a la vía principal, llegamos a nuestro segundo mercado flotante.


En cuestión de minutos el panorama a nuestro alrededor se tiñó de cientos de cónicos sombreros de paja, donde mujeres y hombres en alargadas barcas peleaban por la mejor oferta.



Nosotros de una manera más moderada interactuamos comprando algunas frutas y bebidas, mientras continuamos ametrallando con nuestro índice cada sonrisa con la que nos cruzamos.

Ya de vuelta, contagiados por esas sonrisas y por el regalo de día deliberamos de manera indiscutible, que Vietnam merecía esta segunda oportunidad.

"Veremos que mas intensas sorpresas nos depara..."

1 comentarios:

Mónica dijo...

Bueno, menos mal, después de todo el estrés pasado un dia de paseito en barca y "compritas" ;) Besos!!!! muak!