HISTORIAS PARA NO DORMIR DE LAS 4.000 ISLAS: “Los pequeños invasores-voyeurs” y “El misterioso caso de la abuelita sonriente”.



“Los pequeños invasores-voyuers”

Esta es la historia de una pequeña viajera que andaba por el continente asiático explorando todo lo que se le ponía por delante.

Encontrándose en una de las 4.000 islas del Mekong en el Sur de Laos, tras un largo día, la viajera pretendía irse a dormir para recuperar fuerzas y continuar con sus aventuras al día siguiente.
De vuelta a su morada, ya de noche y con un frontal en la cabeza para intentar iluminar un ápice la oscuridad que se sumergía la isla cuando los generadores acababan su jornada de 4horas, el cielo decidió abrir sus compuertas descargando unas imparables lluvias torrenciales sobre todo el área del Mekong.
Ella, esquivando los clásicos charcos y barrizales aceleró la marcha para llegar cuanto antes, consiguiendo entrar en su pequeño refugio contenta por estar a resguardo de la lluvia.


En el momento de querer irse a dormir, tuvo la sensación de que alguien le estaba observando a través de una de las numerosas grietas que el bungalow tenía en sus paredes y suelo...
Con la pobre luz del frontal (al no haber ya electricidad) intentó verificar si había alguien por ahí... Pero efectivamente al iluminar la zona de donde venían esa miradas, esos ojos desaparecieron inmediatamente...
“?Quién está ahíiiiiiiiiiiiiiiii?,” gritó. Pero la fuerza de la lluvia sobre el tejado de uralita casi invalidaba todo sonido.
La pequeña viajera asustada no sabía que hacer, por lo que decidió optar por apagar el frontal y repetir la operación para ver si pillaba infraganti al supuesto voyuer y así conseguir que se marchase.
Tras varios intentos donde los ojos eran mas rápidos que el frontal... Decidió esperar de pie frente a la grieta para ser mas rápida aún...
Con el corazón a mil revoluciones, se percató de nuevo de la mirada... Encendió inmediatamente el frontal y ahí estaba...
Una araña del tamaño de una palma de una mano, con unos brillantes ojos que con la oscuridad se iluminaban como dos faroles...
Vaya susto se llevó al verla y tan de cerca! A apenas medio metro de la cara de la viajera, hizo que retrocediese dando un salto hacia atrás sobre la cama, no vaya a ser de la familia de las “Jumping spiders” que ya le atacaron por tierras de Malasia...



Con el frontal alumbrándola en todo momento, se dispuso a buscar su arma de guerra, mientras se acordaba de la montaña de tarantulas que vendían en los mercados locales...
Cogió una de sus botas de trekking y cuando se preparaba para aniquilarla, la araña desapareció rápidamente de nuevo por la grieta...

La pequeña viajera no sabía que hacer, ya que tarde o temprano volvería... por lo que le era casi imposible conciliar el sueño sabiendo que no estaba sola en su bungalow...
Desvelada y tumbada en la cama con el frontal alumbrando hacia la grieta, y aguantando la fuerte tormenta que azotaba la noche, se percató que además del próximo posible ataque de la araña-voyuer, la potencia de la lluvia hacía que el agua comenzase a entrar por debajo de la puerta a gran velocidad...
Con el temor de que su invasor le sorprendiera por la oscuridad de la noche, tuvo que recoger todas sus pertenencias y subirlas a la cama, porque el agua se estaba adueñando también del bungalow...
Apenas eran las 23:00h, y todavía quedaba toda la noche por delante.
Con el suelo lleno de agua, la cama llena de efectos personales y la pequeña viajera alumbrando cada esquina del bungalow, comenzó a sentir que el sueño se apoderaba de ella.



Cuando derrepente, un gran estruendo de un trueno la despertó sobresaltada... De nuevo no pudo evitar revisar la grieta y todas las paredes del bungalow.
Al parecer que no había “Arañas en la costa..” se giró para dejar el frontal sobre la cama y... ahí estaba de nuevo!!
No sólo una, sino que había pedido refuerzos!!!
Dos arañas gigantes en la pared mas cercana a la cama continuaban mirándola sin descanso... y parecía que iban a proceder a un ataque en pareja sincronizado!
La pequeña viajera no lo dudó ni un momento y agarrando con fuerza sus 2 botas de trekking, las lanzó contra la pared.
Consiguiendo cegar los días de una primera voyeur contra la pared y la segunda, al caer al empapado suelo no pudo escapar tan fácilmente, recibiendo así inncontables impactos mortales.

Por fin, la pequeña viajera pudo conciliar medianamente el sueño en su inundado bungalow con los cadáveres de sus dos victimas debajo de su cama, y prometiendo que mañana dormiría en un lugar con paredes algo más sólidas.

Colorín colorado, esta historia para no dormir se ha acabado!

Moraleja: Si buscas alojamiento en Asia, verifica la teoría de las 4Bs:
-Bueno
-Bonito
-Barato
-Y sin Bichosssssssssss!!! Dormirás mucho mejor!



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“El misterio caso de la abuelita sonriente”.




Continuando con ciertas rutinas a seguir cuando emprendes un viaje de tiempo indefinido, hoy era el día que tocaba hacer colada.
Sólo contando las piezas a lavar, decidí que la cuantía era numerosa suficiente para dejarlas en algún sitio y me las lavasen debidamente o al menos mejor de lo que yo suelo hacerlo...

Con mi bolsa llena de ropa sucia de tanto barro, lluvia e implacable calor, me paseo por los pequeños y embarrados caminos en busca de un lugar donde dejar mi colada.
Al pasar por una humilde caseta de paja donde un grupo de mujeres charlaban en un corrillo, no dudaron en gritarme rápidamente “Laundry laundry” intentando buscar su negocio del día.
Sólo unas monosílabas fueron necesarias para negociar la transacción con una entrañable y sonriente anciana, acordando un precio justo y quedando que a la mañana siguiente la tendría lista. De nuevo, una rutina mas de cada semana de mi viaje...

La mañana llegó y al tener un plan completo del día, quedo de nuevo en recogerla por la tarde ya que tampoco tenía prisa. “Ok, ok! No problem, no problem!" Me decía la sonriente abuelita dándome palmaditas en la espalda...
Por la tarde, al pasar por ahí y no estar presente la señora, el resto de mujeres me confirmaron que “mañana morning...”
Llegó esa “morning” y de nuevo nada...
Por tercera vez me dan otra hora en la que presentarme y en la que nuevamente tuve otro platón de la abuelita sonriente...
Con mi poca y ya agotada paciencia...decido que no me voy hasta encontrar a la misteriosa abuelita y con ella mi colada...
Tras intentar entenderme con un grupo de hombres borrachos de Lao-Lao a las 12h de la mañana, me llevaron a una caseta próxima, lugar donde ví a la señora la última vez.
Al entrar en la misma, me encuentro con una caseta medio vacía, maloliente de basura y donde no hay rastro de mi ropa y se percibe que alguien ha hecho las maletas recientemente sin dejar ni rastro...



No puede ser... Ya me empiezo a imaginar el final de la historia y es la imagen de la abuelita sonriente vendiendo mi ropa “muy sonriente...” en uno de los miles de mercados de Laos...
Ayyyyyyyyyyyyyy!! Que me la han jugado!!
Finalmente es otro señor con desagradable aliento a alcohol el que me confirma que “No! No! Vientian, Vientian!”...señalando con el brazo el más allá e intentando confirmar que la mujer se ha ido a la capital a mas de 800km...

Que sentimiento tan grande de frustración y que sensación tan desagradable me invade...
“Me han robado mi ropaaaaaaaaaa!”...

Como no me doy por vencida tan fácilmente, muy enfadada vuelvo al grupo de borrachos y de mujeres y la lío a mi estilo intentando averiguar quien era esa señora, su nombre, familia, etc.
Tras discutir, pelear y realizar toda clase de mímica enfurecida por la jugarreta que me habían jugado, por fin apareció un local con un básico pero suficiente inglés.
Finalmente tras lidiar y explicar la historia de nuevo, conseguí tener por escrito la siguiente información:
-Nombre y apellido de la señora
-Donde vivía su familia en la isla
-Y como se escribe “Laundry” en Lao

Con un post it escrito en Lao, donde lógicamente no entendía ni una sola letra, me voy casa por casa de la isla en busca de mi colada robada y de la “sonriente abuelita!”

Paciencia, sonrisas, mas mímica y enseñar el papel a abuelos,jóvenes, niños y todo el que se me cruzaba... finalmente conseguí que un niño me acompañase hasta la supuesta casa.
Una sencilla casa de madera con 3 alegres niños en el sobre elevado soportal me invitan a pasar. De nuevo con la desgastada nota y sin rastros de la traidora abuelita sonriente, intento explicar el motivo de mi visita de la forma más amable posible...

Una señora de mediana edad, me invita a entrar a su hogar y por fin, ahí estaba mi coladaaaa!!
Milagroooooooooo!!
Toda colgada por cordones al techo y hasta parecía limpia...
Que alivio no sólo por haberla encontrado sino por liberar la tensión que sientes cuando piensas que te han estafado...



El final de “El misterioso caso de la abuelita sonriente” acabó con la incógnita de su paradero, continuando con una masiva tormenta la cual me obligó a pasar la tarde entera con la familia, comiendo, jugando, bailando frente a la cámara y sintiendo la alegría de que gracias a todo este follón he podido compartir un momento muy entrañable con esta feliz y necesitada familia, además de que no tendré que ir de compras en busca de la última moda Laosiana...



Moraleja: “Muchisimo cuidado con fiarte de “las abuelitas sonrientes”... Son muy peligrosas... ;-)

2 comentarios:

mama dijo...

Ale, que ratos tan agradables me haces pasar leyendo tus aventuras... eres genial!! para cuando la vuelta ? cuida te mucho guapa!! un petonàs!

Pepi.

Ale dijo...

Pepiii!!
Que ilusión que te diviertas con el Blog!!
No te unes a un tramo de NLE???
Si continúo con la ruta prevista puede que vuelva a casa por Navidad!! Asi que prepara los turrones!!!jejejeje
1besazo enormeeeeeeee para la familia Sotelo que mas quiero!!

Ale